domingo, 13 de junio de 2010

ARAN ISLANDS, IRLANDA

En el condado de Connamara, en la costa oeste de Irlanda, se encuentran las Islas de Aran. Se trata de 3 pequeñas islas llamadas Inis Mór, Inis Oírr e Inis Meáin. La mayor es Inis Mór, con unos 800 habitantes, y es la que la mayoría de los tours visitan.

Mi acompañante en esta visita fue Mabel, compañera de la escuela en Galway, y natural de Los Santos de Maimona, Badajoz.
La isla se visita a pie, en furgonetilla o en bici. Lo más recomendable es la bici, es la manera de que te dé tiempo a visitarla y a parar en el lugar que más te interese de la isla. En la oficina de turismo te facilitan un mapa, además de recomendarte el sentido del recorrido, que varía en función de marea (otra vez las mareas...).

Nuestro recorrido comenzó del revés: la marea estaba baja por la mañana y de esta manera pudimos ver las focas que descansaban cerca de la costa. Cuando la marea está alta no es posible verlas.






Toda la isla está parcelada, y cada parcela está delimitada por pequeños muros de piedra construidos sin ningún tipo de cemento, sino piedra sobre piedra. Los llaman los Penny walls, porque fueron construidos durante la gran hambruna en Irlanda, y a los trabajadores se les pagaba un penique por cada yarda de muro construida. Estos muros se pueden ver por toda Irlanda.






De vez en cuando puedes encontrar una pequeña playita donde darte un chapuzón, si el tiempo acompaña o donde hacer un parón en el camino para disfrutarlo. Nosotras hicimos esto, paramos en esta calita y aprovechamos para comer, que ya eran las 12.30, nuestra hora de comida en Ireland.





Un poco más allá se puede disfrutar de un cementerio que mezcla tumbas antiguas, que a mí me fascinan por las cruces típicas irlandesas, con otras tumbas nuevas. El lugar es llamado (mal llamado) las Seven Churchs, siete iglesias; mal llamado porque en realidad solo hay dos, y el resto de los edificios corresponden a los alojamientos de los antiguos monjes.

En cuanto a la cruz típica irlandesa, se trata de una mezcla entre la cruz cristiana y la creencia pagana en la naturaleza. Los habitantes de Irlanda no podían creer en algo más poderoso que la naturaleza, por lo que a la cruz que imponía la nueva religión, ellos añadieron el círculo, que simboliza el Sol, más poderoso que cualquier hombre, por muy hijo de Dios que fuera.

Dejamos para el final la parte más importante o impresionante de la isla. Se trata de una antigua fortaleza celta (Dún) con más de dos mil años de antigüedad. De las varias que se pueden encontrar aquí, esta es la más importante: la de Dún Aonghasa, y consta de un gran semicírculo de piedras en el extremo de un acantilado.

En realidad lo más impresionante es el acantilado, desde el que se ven otros acantilados de la isla, al que uno se puede arrimar, incluso sentarse, si no tiene vértigo.

La isla da para más, pero no nos dio tiempo a terminarlo, pues el barco nos estaba esperando y nuestra experiencia en excursiones por Irlanda nos decía que no te espera nadie si llegas tarde, así que, como todo aquí, nos quedamos con las ganas de más.