jueves, 18 de febrero de 2010

LOS OSCOS, ASTURIAS

Reconozco que Asturias es mi asignatura pendiente. Apenas conozco nada porque las veces que he ido ha sido poco tiempo y no me ha dado tiempo a verlo en condiciones. En 2005 estuve en la región de Los Oscos, en el occidente de Asturias, al otro lado del río Navia. Es una zona entonces poco conocida, y por lo tanto con no muchas posibilidades de alojamiento. Nosotros nos quedamos en Santa Eulalia de Oscos, un pequeño pueblecito muy agradable, en un albergue en el que no repetiría, creo. Ya los alrededores del pueblo son bonitos, es una zona que preserva y promociona sus costumbres, con varios museos etnográficos (o etnológicos) muy interesantes. El de la foto es un hombre que, con una fragua,fabrica navajas como se hacían hace cien años y las vende a los turistas que van a verle, en un pueblo llamado Ferreiro, o Ferrería,no lo recuerdo bien. Cerca de Santa Eulalia hay una población llamada Pomares, desde la que sale una ruta por bosque que llega a una cascada idílica en la que descansar y disfrutar del silencio de la caída del agua. Un momento para una misma, que a veces al viajar en grupo se agradece.

La ruta por excelencia de la zona es Taramundi, de donde sale la Ruta del Agua. Es un recorrido circular de 14 kilómetros, que se recorre sin ninguna dificultad en unas 4,5 horas. A lo largo del camino hay diferentes muestras del uso que se le ha dado al agua a lo largo de los siglos y cómo se las ha ido ingeniando el hombre para utilizarla: hay una muestra de un batán, una herrería, un generador de luz, diferentes tipos de
norias, etc. A mitad de camino más o menos nos encontramos el pueblecillo encantador de Veigas, al que parece que solo se puede llegar a pie o, como dicen en mi pueblo, en bestias. Si no has llevado el bocata, hay un resturante en el que se puede comer bastante bien.
Un lugar muy especial que visitamos fueron las cascadas de Oneta. Están al otro lado del río Navia, en el municipio de Villayón, y se trata de un recorrido de ida y vuelta, muy cortito en el que se pasa por tres caídas de agua de bastante altura en muy poco espacio, a lo largo del río Acebo. Forman parte de la red de espacios protegidos de Asturias, lo que nos da una idea de su belleza. En el albergue de Oneta conocimos a la familia que lo lleva y que en ese momento estaba terminando de montar el Hotel Rural Yeguada Albeitar, el que recomiendo visitar. Crían caballos árabes de carreras y todo tipo de animales. Nosotros volvimos una vez que estuvo terminado, pero eso merece una entrada aparte, pues la visitar merece ser contada. Estas son las vistas desde una de las habitaciones.
Como visita adicional, muy curioso el Castro de Coaña. Se trata de un poblado del siglo I d.C. que se fue abandonando a lo largo del siglo II d.C. Sus pobladores de origen desconocido, tal vez celtas de la Meseta, organizaron el castro de forma característica, siendo los romanos los que formaron con este y otros castros una red para el control de Asturias y para la explotación principalmente de oro. Está declarado Monumento Histórico Nacional.
Como veis, muchas cosas pendientes por esta tierra...

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