lunes, 14 de diciembre de 2009

LANZAROTE



En enero estuvimos en Lanzarote. Elena, Eduardo, Edu, Diego, Marcos y y. La verdad es que la isla es preciosa, aunque también he oído hablar muy bien de ella. En primer lugar y para poder disfrutar de este paisaje tan extraño a ojos de alguien de la península, yo RECOMIENDO reservar una visita guiada por el Parque Nacional del Timanfaya. Existen dos rutas: una corta por el interior, de unas 2 horas y otro larga pegada al mar, de unas 5 horas, en la que hay que ir con botas porque se va por el Malpaís. Nosotros hicimos la corta, porque por día de la semana era la que nos coincidía. Al haber pocas personas en hacer esta ruta, hay solo una de cada a la semana y de verdad que merece la pena. Esto también hace que haya que reservarla con un par de meses de antelación. A partir de ese momento te cambia por completo la visión de la isla y de todo lo que vas viendo. Digamos que lo disfrutas mucho más, al menos eso es lo que a mí me pasó, y sales de la visita turis turis en autobús para verlo un poco por encima (aunque he de decir que esto también lo hicimos, pero desde luego tras la otra visita, este paseo nos pareció bastante pobre).
Cuando viajamos por Lanzarote, estamos asistiendo a lo que podría ser el inicio de la vida a todos los niveles: desde líquenes hasta otras especies vegetales. ¡Genial nuestra guía!
Dentro del parque, pero en la zona no protegida, se pueden hacer varias rutas y visitar algunos volcanes como el del Cuervo, en el que te puedes meter dentro) y otros cercanos. En la zona norte, hicimos una ruta de unas dos horitas al volcán de Yé, enorme, y al que solo entraron los dos Eduardos. Valientes, porque después de entrar hay que salir cuesta arriba, un buen rato y bien empinado. Para los andarines hay posibilidades, sabiendo el tipo de paisaje que se va a ver y que puede hacerse monótono.
Visitas obligadas son todos los puntos de César Manrique, que a mí personalmente me cargó un poco, pero he de reconocer que promovió la integración del turismo en el medio. En mi opinión tiene tantan tanta publicidad, que la mayoría de la gente, si hace algo más que no sea estar en la playa tirados, lo único que hace es hacer la ruta de César Manrique, cuando, para mi gusto, lo más bonito es precisamente lo que no tiene que ver con él. Aún así, visitamos el jardín de cactus (curioso, pero llega un momento en que te tupes de cactus), Los Jameos del agua (bonito, pero, como digo, se aprecia más geológicamente hablando si te lo ha explicado la guía del parque nacional), el Mirador del Río, desde el que se ve la Isla de la Graciosa (las vistas son preciosas, pero creo que hay otro por encima natural que no cuesta dinero y tiene las mismas vistas; yo no lo encontré), y la casa del susodicho, que es lo que a mí más me gustó de estos puntos. Lo demás me pareció un poco timo, la verdad.
La cueva de los verdes, muy disfrutable si también te han explicado algo sobre la formación, ya que el guía de esta cueva no cuenta mucho, la verdad. A mí me gustó mucho, aunque estéticamente, como cueva, habréis visto miles más bonitas. A mí me impresionó bastante y el final es impactante…
Muy recomendable la carretera de La Geria, que es la forma a la que llaman a las formas tan peculiares de los cultivos de la vid, ideada para protegerlas del viento y de la sal que trae este. La sal se queda en la piedra e impide que llegue a la planta lo que, por ósmosis, haría que se secara (qué listos estos del campo, ¿eh?).
Bajando del Mirador de la Isla de la Graciosa, en el que no me he detenido pero que tiene unas vistas preciosas, hay que para en el pueblo de Haría y al irse, disfrutar de las vistas del valle que llaman el de las palmeras. Verde completamente. Subiendo un puerto, tenemos el mirador de la playa de Famara, a la que por supuesto hay que bajar, y donde los surferos disfrutan como el que más, debido al viento y, por tanto, a las olas. No es muy recomendable bañarse en esta playa por la misma razón.
Por lo demás, yo me quedé con ganas de visitar las playas que hay por el sur: playa de las mujeres, de los muertos, etc., pero el día que dejamos para esas playas diluviaba y nos acercamos a una. Puedo decir que merecía la pena, pero tuvimos que salir corriendo, pues el acceso también es algo complicado al ser por carril, y no estaba el día para quedarnos tirado, pues por la tarde cogíamos el avión de vuelta.
Isla muy muy recomendable, pese a las críticas que he oído en cuanto a que está demasiado preparada para el turismo y puede ser algo artificial. Supongo que el truco está en evitar la temporada alta porque desde luego a mí no me dio esa impresión para nada.
En fin, que para eso somos diferentes y cada uno que encuentre su lugar. Yo, desde luego, volveré.

3 comentarios:

  1. Pues lo apunto todito que aún no he ido a las islas, queda en espera. Ahora me voy a ir a Menorca a ventilar la casa de Fernando, cualquier día de estos me veis deambulando por allí. Muchos besines.

    Peliculeroooooooooooooooooooo!!!

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  2. Menorca?????? qué bien, la cas de mahon es una pasada. disfrutadla.
    un besito

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  3. Está en mente, está...pero ando flotando, sin planear.
    Oye, que me digas el número de la última foto que te mandé para que te mande las qque quedan pendientes, que no me acuerdo donde me quedé. MUA!

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